Renzi y un año de pocas promesas cumplidas
- Roger Obiols
- 23 mar 2015
- 2 Min. de lectura
El joven Matteo Renzi ha visto en los últimos meses como sus promesas pasadas le empiezan a escocer, dentro y fuera del parlamento, e incluso en algunos sectores del Partido Democrático del cual es secretario general. El actual primer ministro italiano desde el 22 de febrero de 2014 encaró su etapa inicial con un programa ambicioso y reformista, poco amigo del anterior gobierno de Letta, pero poco a poco ha empezado a adquirir una tendencia de derechas.
En octubre de 2014, la reforma laboral de Renzi era aprobada por el Senado. Esto suponía una mayor flexibilización del mercado, facilitando la contratación y los despidos, con desgravación fiscal para nuevos contratos. Era la primera “gran reforma” del gobierno Renzi, que intentaba sacar pecho ante una UE que reclamaba cambios al ejecutivo Italiano desde el inicio de su aventura política. De hecho, desde el diario “Il Corriere della Sera” se aseguraba que la reforma era clave para evitar una fiscalización por parte de la troika.
La otra cara de la moneda fueron los múltiples encontronazos y recriminaciones que se tuvieron que aceptar desde la sociedad italiana, que manifestaba su enfado con múltiples manifestaciones sindicales. La faceta amable y astuta que había hecho popular a Renzi empezaba a cambiar con las nuevas políticas de recesión.

(Fuente: Diario Público)
Este 2015, Renzi empezaba con un discurso, una vez más, rompedor y reformista, prometiendo una reforma constitucional “histórica”. Para paliar el enfado de la ciudadanía, el gobierno aseguró que “se suprimirían entes inútiles para simplificar el proceso legislativo”. Pese a este gran anuncio, la promesa incumplida de reformar el Senado (vigente des del 2014) parece seguir pesando ante los italianos.
Puede ser que el gobierno de Renzi no pase por su mayor etapa, ni tampoco la más popular o aceptada. Lo que sí que está claro es que se desde Italia se está haciendo lo que se dice desde arriba. De hecho, el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, elogiaba la capacidad de liderazgo de Renzi, animándole a que continúe con las reformas estructurales.
Gurría también anunció que esta dinámica reformista en Italia supondría un incremento del 0’6% del PIB estaeaño, y con una proyección de crecimiento de hasta el 3’5% en los próximos 5 años. La semana pasada observábamos precisamente cómo los inversores poco a poco le daban feedback a las reformas, con la bajada de la prima de riesgo Italiana frente a la española.
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