Beatthecrisis.coop
- Reportaje colectivo
- 25 may 2015
- 9 Min. de lectura
El bullicio de la estación de tren central, la Espanya Industrial, la vida del Mercat Nou, el tráfico y los turistas de Plaça Espanya y un buen número de ateneus y Centros Sociales Okupados – a veces desalojados – son el día a día del distrito Sants-Montjuic. Tercera zona más poblada de la ciudad, Sants es también el escenario de mayor confluencia de proyectos de economía social dentro de Barcelona. Y este imaginario colectivo tan cercano al cooperativismo existe en gran parte gracias al “Projecte Barri Cooperatiu”. Fue impulsado a principios de 2009 por la Federación de Cooperativas de Cataluya y la cooperativa La Ciutat Invisible – proyecto situado en el carrer Riego, que ofrece todo tipo de contenidos críticos que aboquen a la transformación política y social, desde libros y ropa a talleres y charlas-. Actualmente ha conseguido crear una red cooperativista dentro del barrio, entrelazando proyectos diversos que abarcan disciplinas muy dispares: desde lugares de ocio como los locales Kopdema – en el mismo carrer Riego – o Koitton Club – situado al lado de la plaza Ibèria – a la revista Alternativas Económicas, pasando por Coop de Bici, la tienda de recambios de bicicletas de la calle Melcior de Palau o la escuela Aposta, dedicada a la formación continuada en el mundo cooperativo. Siempre bajo la consigna del gran impulsor del cooperativismo en Euskadi “No puede haber cooperación sin cooperadores; y sólo existirán cooperadores si se forman”.
Barri Cooperatiu es una iniciativa de comunicación integral que aglutina a todos los proyectos de cariz asociativo, plurales y de proximidad en ese barrio. En definitiva, busca fortalecer los vínculos que unen a todas estas apuestas por la producción social alternativa al modelo de competencia total del sistema capitalista y hacer de vía de comunicación y voz de todas ellas.
Con la cohesión territorial y vecinal como principal objetivo hace de su propuesta un altavoz de todos los nuevos proyectos para defender los valores cooperativos y apelar a una transformación social más general. Actualmente más de treinta iniciativas forman este proyecto cooperativo de Sants. Sin embargo la red es mucho más amplia, actualmente contando con grupos de consumo agroecológico como “Panxa Contenta” o los mercados de la “Xarxa d’Intercanvi de Sants”. No podemos olvidar el gran complejo de experimentación social convertido en insignia del barrio de la Barcelona alternativa: Can Batlló. Desde 2011 este gran centro social convertido por los vecinos ocupa toda la extensión de la antigua fábrica téxttil de La Bordeta. Con la misma extensión que un campo de fútbol este espacio pretendía ser un gran proyecto urbanístico que nunca llegó a cuajar y hace cuatro años los vecinos ocuparon el edificio de forma masiva. Actualmente su labor es tan alabable que el propio Ayuntamiento de Barcelona aprueba y respeta sus actividades, construidas a base de un gran tejido social y vecinal. Una biblioteca con más de diez mil libros, un bar, un rocódromo o talleres de carpintería y otros trabajos manuales son algunas de las actividades comunes del lugar.
Este barrio barcelonés es un ejemplo de la economía social más pura y efectivo. Ivan Miró, de la Ciutat Invisible, escribía en la revista La Burxa que “más allá de la extensión de la cooperativa como fórmula, la sensación es que en Sants se ha producido una socialización de la cultura de la cooperación”. Y es que este proyecto ha sabido encontrar la metodología que da valor al cooperativismo y a la economía social como alternativa, por ejemplo a través de actividades como el “Día del Cooperativismo” o toda la serie de charlas y talleres que llevan a cabo desde hace ya más de 6 años.
Un sector que resiste a la crisis
Las cooperativas han conseguido más relevancia en la economía después de la crisis económica del 2008. El propio Parlamento Europeo emitía un informe el 2013 en el que destacaba el “papel esencial” de este tipo de empresas, que combinan “rentabilidad con solidaridad”, la creación de puestos de trabajo “de calidad”, y el refuerzo a la “cohesión social”. El documento daba cuenta de las 160.000 empresas cooperativas que existen en la Unión Europea, que proporcionan empleo a 5,4 millones de personas: en datos macroeconómicos, suponen de media un 5% del PIB de cada país miembro.
Respecto a los efectos devastadores de la crisis económica, la aparición de nuevas cooperativas en los años posteriores a 2008 viene relacionada con una reestructuración de empresas en crisis que han visto este modelo como una solución a sus problemas económicos. La resistencia de las empresas cooperativas a la crisis, tal como destaca el informe del Parlamento Europeo, ha demostrado ser superior a la de muchas empresas convencionales, por lo que acercarse a este modelo es una opción a tener en cuenta por muchos empresarios.
Si ampliamos el enfoque de la Unión Europea a Cataluña, los datos empíricos confirman la tesis de que las cooperativas tienen una mayor resistencia a los años de crisis que las empresas convencionales. En un informe del Departament de Empresa i Ocupació de la Generalitat, se daba cuenta de datos de permanencia de empresas: la supervivencia media (que la empresa siga en funcionamiento) en el período 2009-2013 posterior a la crisis era del 92,84% en el caso de las cooperativas, mientras que la supervivencia media de las empresas españolas en ese período era del 79,91%.

Esta fortaleza es de especial importancia en el territorio catalán, ya que se trata de la Comunidad Autónoma (CCAA) con más cooperativas de toda España, según el Barómetro cooperativo de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña. En datos de este informe, Cataluña tiene el 22% de las cooperativas de todo el país. Por otro lado, no es la CCAA que más gente emplea en este sector: la superan el País Vasco, Andalucía y Valencia. Eso se explica por el modelo catalán de cooperativas en pequeñas empresas, que no ha conseguido empresas grandes como en otros lugares de España. En total, las cooperativas catalanas emplean (según datos de 2013) a casi 40.000 personas, un 14% de los empleados cooperativos en toda España.

Si nos atenemos a los datos concretos de Cataluña (volviendo al informe de la Generalitat), vemos que la creación de cooperativas ha ido en aumento, pasando de 114 creadas en el año 2009 (inicio de la crisis) a 146 creadas en 2012 y 147 en 2013. Otro factor positivo es que, pasados los primeros años de la crisis, la mayoría de cooperativas creadas resisten en el mercado y pueden continuar: mientras que en 2009 se creaban 114 cooperativas pero cerraban 25, en 2012 se crean 146 y sólo cierran 6.

La amplia mayoría de las cooperativas de Cataluña (el 76%) pertenecen al sector del trabajo asociado y autogestionado, mientras que a distancia le siguen las cooperativas de prestación de servicios y las vinculadas a la producción agraria. Aunque con la explosión de la crisis, este modelo ha llegado a sectores muy diferentes donde antes no había tradición del sector cooperativo.
En cuanto al marco legal, la creación de cooperativas en España está regulada principalmente por la Ley 27/1999, instaurada el 16 de junio de 1999. En ella se especifica que para la formación de una cooperativa de primer grado serían necesarios, al menos, tres socios, que podrían ser tanto personas físicas como jurídicas. Para formar una cooperativa de segundo grado, los socios tendrían que ser, como mínimo, dos cooperativas de primer grado. Y así sucesivamente, a medida que suba el grado de la cooperativa que se quiera crear.
Los principales órganos de funcionamiento son la Asamblea general (donde se toman las principales decisiones), el consejo rector (gestión y representación) y la intervención o interventores (vigilancia y verificación de cuentas). Cada miembro o socio de la cooperativa puede abandonar su puesto con un preaviso al consejo rector, dentro de un marco de tiempo que se determinaría en los estatutos, pero nunca superior a un año.
Las principales ventajas de la formación de una cooperativa a nivel fiscal se deben a la existencia de un Régimen especial de Cooperativas para Hacienda/Agencia Tributaria. En este régimen encontramos tres grandes incentivos fiscales:
-Libertad de amortización, en los activos fijos nuevos obtenidos durante los tres primeros años después de la inscripción en el Registro de cooperativas.
-Compensación de pérdidas, mediante las cuotas integras positivas de periodos impositivos que concluyan en los 15 años inmediatos y sucesivos.
-Distinto tipo de gravamen, ya que la parte de base imponible que se aplica a los resultados de las cooperativas tributa al 20% (para la S.A. o la S.L. es del 30%).
Cooperativa no es sinónimo de empresa pequeña
Nacida en 2004 con cuatro cooperativas y dos sociedades anónimas limitadas como miembros fundadores, el Grup Clade es una de la de las empresas clave para comprender el funcionamiento de las cooperativas en el panorama catalán. Entre otros, el grupo está integrado por distintas compañías de este perfil como Abacus, La Fageda o Suara, que colaboran para conformar una estructura jurídica más sólida.
Así se ha generado un proyecto de intercooperación, mucho más influyente y visible que da trabajo a más de 5.000 personas, según los datos de 2013. En palabras del director general de Clade, Ramon Roig, “la agrupación de cooperativas en grupos grandes como Clade es necesaria y positiva, pues responde a la necesidad de afrontar proyectos y retos conjuntos”. En una sintonía similar, la cooperativa de producción y comercialización de energías renovables Som Energia es otro ejemplo de gran empresa del sector: cuenta con 19.678 socios.
Según Ramon Roig, apostar por una empresa desde un modelo cooperativo corresponde a “un componente básicamente ético” que, al mismo tiempo, “tiene unas excelentes expectativas de crecimiento y está en consonancia con unos valores sociales emergentes”. De este modo, se busca que la apuesta por un sistema considerado como responsable tenga un efecto positivo en el desarrollo del negocio y aporte beneficios económicos.
Sin embargo, el director general de Clade también reconoce algunos problemas en el modelo cooperativo. “Uno de los retos más importantes de muchas de las cooperativas es reducir el grado de dependencia de la actividad pública”, afirma Roig. Aunque no todo son cooperativas que nacen, pues también hay ejemplos de empresas que han abandonado este modelo para apostar por otras formas de negocio.
Un caso paradigmático es Intersport, que en 2011 inició el proceso para constituirse en un holding empresarial. Los socios de la cooperativa de material deportivo se convirtieron en socios de una sociedad limitada en la que mantienen el 72,07% de las acciones. Según el dossier de prensa facilitado por Intersport, “la transformación societaria de la compañía permite acelerar la estrategia de crecimiento, verticalizar la gestión y responder de forma más rápida a las necesidades de mercado”. Pese al cambio, Intersport España espera ingresar 103,36 millones de euros por la venta de sus productos en 2015 y cuenta con una red de 274 tiendas con licencia.
También existen entidades que podrían beneficiarse de las características de este tipo de sociedad, pero que por motivos legales son reticentes a dar el paso hacia el cooperativismo. Sería el caso de la Federació d’associacions cannàbiques autoregulades de Catalunya (FEDCAC), que podría constituirse como cooperativa sin ánimo de lucro. Albert Mayol, tesorero de FEDCAC, nos comenta que, debido a la inexistencia de un marco legal específico y la incertidumbre que algunas veces se genera entorno al cultivo y consumo del cannabis o derivados, se teme una falsa acusación de que haya lucro en sus actividades. Y el lucro en la comercialización del cannabis sería automáticamente considerado delito ya que sería tráfico de drogas. Por eso prefieren quedarse en el marco de las asociaciones pese a que quizás no les permita trabajar de forma tan ágil, pero les brinde más estabilidad.
Cooperativas de periodistas: una mirada al futuro
El sector del periodismo ha sido uno de los más afectados por la crisis económica que estalló en 2008. Según los últimos datos publicados, se calcula que desde ese año más de 11.000 periodistas han perdido su puesto de trabajo y se ha procedido al cierre de 284 medios. Ni lo público – cierre de Canal 9 – ni lo privado – crisis de Prisa – se salva.
Ante este panorama, varios profesionales han emprendido proyectos pequeños pero con una voluntad de hacer las cosas bien y dejar de depender de las instituciones financieras: esto último es clave en una profesión en la que te debes a la información veraz, teniendo que evitar a toda costa posibles “filtros” que condicionen tus noticias.
Así nació en 2012 SomAtents (www.somatents.com), que actualmente es una Asociación Sin Ánimo de Lucro de periodistas que está llevando a cabo los trámites legales para constituirse como Cooperativa. Uno de los miembros fundadores es David Vidal Castell, periodista y profesor en la UAB, quien explica que este tipo de forma jurídica es la que mejor responde tanto a su manera de entender un proyecto “colectivo, cooperante y enriquecido por todos los miembros” como el propio periodismo y la sociedad.
Las cooperativas, como indica Vidal, también comportan algunos problemas, sobre todo en lo referente a aspectos legales y coordinación entre los miembros; en SomAtents el equipo de trabajo se conforma por 25 personas, de las que algunas son funcionarios o ya tienen algún tipo de contrato laboral y también parados. Pese a esta dificultad, Vidal asegura que la clave de éxito en una cooperativa es “la intervención activa de todos los miembros, quienes tienen el mismo derecho de ser escuchados dentro de la estructura”. De hecho, el órgano más importante de esta futura cooperativa es la asamblea, donde se ponen en común todas las opiniones.
El objetivo corporativo de este medio de periodismo narrativo online es poder acabar viviendo de los beneficios que generen con su trabajo en la cooperativa, que actualmente son bastante modestos – este año han conseguido unos ingresos de 2.000€ – y procedentes casi en su totalidad de la impartición de cursos y talleres de formación, ya que en principio prefieren no incluir publicidad. El camino que le espera a SomAtents será difícil, pero no por ello imposible; otras cooperativas de periodistas como Alternativas Económicas ya han demostrado la viabilidad de la propuesta si se elabora un trabajo en el que prime el rigor y la calidad. Las razones ya las dejó claras su director, Andreu Missé, en TVC: “Nos constituimos en cooperativa por cuestión de independencia: crear un medio que solo dependa de los periodistas y los lectores”.
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