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Ambición sin límites

  • Tomàs Martínez
  • 9 abr 2015
  • 2 Min. de lectura

¿Funciona el mercado económico de forma racional, tal y como se ha hecho creer siempre? Salvados profundizó en el mundo de la especulación financiera el pasado mes a través del reportaje Hagan Juego. El equipo dirigido por Jordi Évole se cuestionó la relación entre la economía real y la financiera y la intentó explicar de forma divulgativa.

Por eso empieza en un campo de trigo, para contar que el precio de los alimentos ya no depende de los resultados de las cosechas, como antaño, sino que hay otros factores que determinan el precio de venta. Así pues, ya son las propias empresas quienes lo deciden, por adelantado, y especulan sin preocuparse por lo que sucede realmente en los campos.

Es un ejemplo inicial para reforzar la idea que la economía real está muy alejada de la financiera. En el reportaje se explica que, en el caso de las divisas, la segunda multiplica por cincuenta la primera. Así pues, el mundo económico se ha transformado. Y así lo percibimos con las entrevistas a Amadeo Alentorn, gestor de fondos de Old Mutual Global Investors, y Rainer Voss, exbanquero alemán y productor del documental Master of the Universe, donde explicó el funcionamiento del mundo financiero desde dentro.

El objetivo, en definitiva, es intentar comprender cómo se ha llegado hasta la crisis entrevistando a un actor protagonista que dejó la banca en 2008 (Rainer Voss) e intentar descubrir si los problemas que provocaron el colapso del sistema se pueden volver a repetir a través de una figura importante en la City londinense como Alentorn.

Más allá de la pesimista visión de Voss, lo evidente es que la mentalidad del sistema financiero ha cambiado muchísimo en busca de obtener el máximo rendimiento económico. Por pura ambición, sin ética alguna. Por ejemplo, ya no trabajan economistas en los fondos de inversión, sino matemáticos e ingenieros para calcular posibles beneficios, según confirma Alentorn. Los inversores duermen en la oficina, o ni siquiera duermen, y la competencia por colocar y generar nuevos productos financieros resulta más feroz que nunca.

En su propio documental, Voss cuenta que “hace dos décadas, una acción estaba cuatro años en manos de su dueño. Hoy, la media es de 22 segundos”. En la Sexta, destaca constantemente la ambición y la competencia como factores determinantes para comprender el comportamiento de los brokers. Habla de sociópatas en busca de reconocimiento. Incluso lo compara con una secta.

Por mucho que explique que desde 2007 se están haciendo esfuerzos para una mayor regulación, no resulta esperanzador escuchar en boca de alguien que ha trabajado durante 20 años en el sistema financiero que “las multas son para calmar a la gente” y que suponen una minucia para las empresas, “como si fueran un impuesto”. Así pues, en líneas generales, el reportaje transmite que muy pocas cosas han cambiado en el sistema financiero después de la crisis. Que la mentalidad es la misma. Aprendemos demasiado despacio.

 
 
 

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