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Cinco apuntes sobre la entrevista de Varoufakis en Salvados

  • Javier Borràs
  • 20 abr 2015
  • 2 Min. de lectura

El pasado domingo el periodista Jordi Évole entrevistó al actual ministro de economía griego, Yannis Varoufakis. Se trataron temas personales, de actualidad y se incidió mucho en la Unión Europea. De este último ámbito, se pueden sacar cinco conclusiones que se pudieron entrever entre frase y frase:

- La economía es racional, el ser humano no tanto: una imagen habitual en la audiencia al hablar de las reuniones de los ministros de economía europeos es que cada uno defiende los intereses de su propio país y se aplican decisiones racionales. Es el juego de la política: utilizar los medios necesarios para el objetivo pactado, dejando de lado consideraciones morales o emocionales. De las frases sobre Varoufakis que dijeron varios periodistas entrevistados se puede deducir que no siempre funciona así: se insistió mucho en la idea de que la actitud arrogante o chulesca de Varoufakis creaba rechazo en los otros miembros y que por eso las negociaciones se volvían difíciles. Es la constatación de que, aunque racionalmente sería fácil llegar a un acuerdo, los egos o prejuicios emocionales juegan un papel fundamental en la economía de Europa.

- El arte de encontrar la noticia: relacionado con el punto anterior, Varoufakis insistió en que muchos roces o luchas eran exagerados o inventados por los periodistas. Es cierto. En negociaciones largas donde no hay información constante, un pequeño detalle se puede convertir en noticia sólo por ser novedoso: no es necesario que sea relevante. Eso magnifica las impresiones de la audiencia sobre el conflicto y, al final, la de los posibles electores.

- Varoufakis Superstar: la dimensión mediática constante de Varoufakis le ha permitido ponerse cara a cara con los dirigentes de la UE y ante el público. Eso es bueno porque le ha permitido entrar con apoyo y tener su mensaje constantemente difundido por los medios: el problema es, como se ha dicho en el primer punto, que tanto se amplifica lo deseado como lo que no lo es. Por tanto, una voz más fuerte puede acabar cerrando más puertas.

- Europa unida: en la entrevista Varoufakis insiste varias veces en la necesidad de una Europa políticamente unida, al estilo federal de los EEUU. Es un golpe al cliché antieuropeísta que muchos medios cuelgan al nuevo gobierno griego. También es un compromiso de los límites que Varoufakis puede aceptar ante unas negociaciones.

- No hablar de los otros: durante la entrevista con Évole, Varoufakis se niega a comentar la situación económica española para, dice, respetar la soberanía de otro país de la UE. Es trampa, porque sí que ha hecho comentarios al respecto en otras ocasiones. Aún así, surge un dilema futuro (relacionado con el punto anterior): si se quiere una Europa unida se deberán aceptar las críticas de todos los europeos. No hay excusa: un alemán podrá criticar a un portugués, y un griego a un francés. Las responsabilidades serán compartidas y habrá menos malos externos a los que acusar. Tanto para Grecia como para Alemania.

 
 
 

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