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Huelga de Movistar: la lucha continúa

  • Bárbara Menéndez
  • 15 may 2015
  • 2 Min. de lectura

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Fuente: Bárbara Menéndez y Tomàs Martínez


El pasado lunes 11 de mayo se convocó una protesta frente al edificio Movistar en Barcelona (Diagonal ZeroZero) para denunciar la situación de precariedad laboral que continúan viviendo centenares de trabajadores subcontratados por el gigante empresarial. Como ya explicamos en Cerdos Mediterráneos en un artículo el 10 de abril, las condiciones laborales que Telefónica ofrece a sus técnicos rozan el umbral de lo indecente y las prácticas de explotación son cada vez más recurrentes.


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Un equipo de Cerdos Mediterráneos se desplazó a la zona para poder hablar de primera mano con estos trabajadores e intercambiar impresiones sobre el conflicto. La queja más presente fue, obviamente, las notorias bajadas que han experimentado en los últimos meses las nóminas. José Martínez, técnico con más de 12 años de experiencia, aseguraba que apenas logra mantener a su familia con su sueldo ya que su mujer está en paro: “he transigido con muchas cosas por mi situación, pero ha llegado un punto que o reaccionamos o esto se va a volver insostenible para todos los trabajadores españoles, no sólo los de Movistar”.



Entre los manifestantes – uniformados con su polo azul de técnicos – había un gran número de trabajadores de procedencia sudamericana, quienes además de presentar resistencia contra las prácticas de Movistar, recordaban su histórica lucha contra los contratos basura que simplemente por su procedencia tienen que “soportar”.

Fuente: Bárbara Menéndez


La protesta duró varias horas y llegó a concentrar a más de dos centenares de personas. Los comités de huelga creados tienen varios eventos programados, entre los que se incluye “Un estudiante un euro”, que comenzará su recorrido la próxima semana y cuyo objetivo es buscar fuente de apoyo en los estudiantes universitarios y soporte moral entre ambos colectivos. Mientras tanto, la lucha por la negociación con Telefónica – que no reconoce al comité como interlocutor – continúa, todo sin el apoyo de los dos grandes sindicatos españoles, UGT y CCOO.

 
 
 

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