Populismos de izquierda, uníos
- Javier Borràs
- 21 may 2015
- 2 Min. de lectura

El pasado domingo, el diario El Mundo sacaba una entrevista a Pablo Iglesias con el siguiente título: “El populismo de izquierdas es clave para el cambio”. Dos días antes, la candidata de Barcelona en Comú, Ada Colau, celebraba un acto de campaña en el barrio del Poblenou de Barcelona. La acompañaban líderes de izquierda famosos como el catalán Joan Herrera (ICV) o el andaluz Alberto Garzón (IU). Pero lo más interesante eran los otros tres invitados: la líder del Grupo de los Verdes y alemana, Ska Keller, la eurodiputada del Bloco de Esquerda portugués Marisa Matías y el político de Syriza Stavros Karagkounis. Muchos dirigentes europeos (también de derechas) reciben apoyo de sus partidos homólogos europeos. Pero en el caso de la izquierda radical el caso es diferente: después de la victoria de Syriza en Grecia se habla de un “cambio” en Europa, que fundamentalmente es económico, contra las llamadas “políticas de austeridad”. Cuando en el acto apareció el representante de Syriza el público se encendió y empezó a gritar proclamas: el partido griego es el nuevo símbolo para la izquierda europea. En el acto se dijeron las frases típicas de campaña, pero hubo dos temas que cruzaron el debate: la economía y Europa. Por un lado, la crítica a la austeridad y a los gobiernos conservadores (todos los representantes europeos criticaron al alcalde de Barcelona, Xavier Trias) y, por otro, la necesidad de “tejer alianzas” entre gobiernos de izquierda europeos. Se repitió mucho la “esperanza” que supondría una victoria de Colau: obtener el poder en uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, en una de las ciudades con más turismo del mundo y símbolo a nivel mundial sería todo un éxito.
Acabado el mitin se podía llegar a una conclusión: el populismo de izquierdas es europeísta, pero no le gusta lo que hay. Se centra en el camino difícil que empezó Syriza y que podría continuar Colau, que fundamentalmente es el de la economía y el retorno del keynesianismo a Europa. En el otro lado, están los populismos de derechas, que sí proclaman su oposición a la Unión Europea y no se centran en la economía, sino en la inmigración y en factores morales (valores europeos, islamismo...).
Al final las opciones son tres (aunque en el caso de España son dos): la propuesta actual de las élites europeas, el reformismo populista de izquierdas o la ruptura populista de derechas. Los votantes decidirán.
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